ACERCA DE MÍ
7:42Llegué a la literatura de causalidad, y fue un entrar para quedarme. Mis maestras de la primaria se ofuscaban porque cuando me pedían una descripción yo les entregaba una historia y porque conmigo tenían mucho que corregir. Pero era más fuerte que yo; sigue siendo más fuerte.
Escribí y leí desordenadamente desde pequeña; pasando de los clásicos a los piratas y haciendo paradas en Lucki Luke, el teniente Blueberry y unas aventuras del Quijote en viñetas. Mi caos lector no ha cambiado demasiado. En la escritura he tenido que adecentarme un poco: porque es evidente que sin un poco de rutina y orden no se puede hacer algo provechoso.
Hace unos ocho años comencé a trabajar como redactora para sitios web y encontré un medio de subsistencia. He colaborado con rincones de todo tipo y color, incluyendo una web de productos eróticos (de la que me marché porque no me pagaban; algo que me ha ocurrido más veces de las que me hubiera gustado) y un sitio sobre apuestas (un primer curro que me demostró que más que en el talento, la valía reside en la perseverancia y el empeño).
Durante unos años también trabajé en dos espacios de relatos infantiles: Cuentos Cortos y Cuentos Breves; experiencias que me han dejado muy lindos sabores de boca porque muchos lectores me escriben todavía hoy para abrazarme con sus lecturas.
Actualmente trabajo como redactora-lectora-preguntona en Poemas del Alma, un proyecto literario que me fascina y que también me ha regalado muchos instantes de dicha, y nuevas y bellísimas amistades. ¿Para qué queremos la literatura sino?
También redacto textos sobre turismo y colaboro con un glosario de palabras (un diccionario-enciclopedia digital). Por cierto; siempre estoy abierta a nuevas propuestas. Así que si quieres mostrarme la tuya, ¡adelante!
Aparte de eso tengo mis proyectos personales, casi sin ánimo de lucro: un par de publicaciones en Amazon que pueden encontrar aquí, una novela que apenas gatea y un desordenador lleno de carpetas con poemas y relatos más o menos corregidos, notas, citas, y algún que otro sueño que se ha colado en la escritura.
Mi lema es que es mejor no tener lema para construir desde lo desconocido. ¡Muchas gracias por leerme!
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